DE JARDINES, NIÑOS Y NIÑAS

No podemos imaginar un mundo sin niños, sin niñas. Un mundo sólo de adultos sería como una reunión aburrida, que parece no tener fin ni lógica. Un mundo con niños y niñas es un jardín, con toda su paleta de colores, emociones. Quién dispone de un jardín, sabe que debe ser cuidado. Dejarlo a su suerte, puede ser una temeridad. Hay estrategias, técnicas, y prácticas para su buen cuidado. No hay fórmula mágica, pero si ciertas maneras de funcionar que tienden a ser efectivas.  Para el buen cuidado del jardín, se necesitan responsables, garantes. Y si el jardín es público, es indispensable que haya responsables, garantes, y ciertas regulaciones, unos mínimos que fomenten el buen cuidado y la dignidad del mismo. 

Si ponemos el foco en la infancia, todo resulta, obviamente, mucho más complejo que la gestión de un jardín, ya sea público o privado. En primer lugar, del mismo modo que sucede con el buen cuidado de un jardín, no existe fórmula mágica que garantice el pleno desarrollo de los niños y de las niñas. ¡No existe! Pero sí que existen ciertas estrategias, técnicas y prácticas para un buen cuidado que tienden a ser efectivas. Habrá excepciones. En segundo lugar, la complejidad crece al crecer el número de responsables. Claro está, hay la familia como primer garante del desarrollo del niño, y niña. Hay, no obstante, otros actores: la escuela, el estado, el marco normativo.

En este sentido, hay un marco normativo claro: la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. No es una utopía, un camino a seguir, es ley.  Hace treinta años, la comunidad internacional asumió un compromiso histórico, que comenzó en 1978 cuando el gobierno polaco propuso a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU una convención sobre los derechos del niño. Hoy en día, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño es un caso de éxito, ya que es el tratado de derechos humanos más ratificado del mundoEntre los derechos de los niños y de las niñas, encontramos el derecho a la educación (art. 28), a la opinión (art. 12), a la expresión (art. 13), al juego (art. 31) ¡bendito juego! A la protección en guerras (art. 38), a la prevención de la trata (art. 35), a la protección contra las drogas (art. 33), y a conocer sus propios derechos (art. 42)

Hay un derecho especialmente interesante, el derecho al pleno desarrollo. A germinar. A florecer. El estado debe garantizar en la máxima medida posible el desarrollo del niño y de la niña (art 6). El artículo 29 refuerza la misma idea, los estados deben reconocer que la educación debe estar encaminada a desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño y de la niña hasta el máximo de sus posibilidades. ¡Poca broma! Disponemos de un marco normativo que exige fomentar y potenciar el desarrollo total de nuestros niños y niñas. Una ley que potencia la floración total.

Definir el desarrollo del niño y de la niña hasta el máximo de sus posibilidades no es un tema fácil. Tampoco el cómo activamos este desarrollo; pero parece que hay dos palabras clave: afecto y seguridad. Recibir afecto, amor, sentirse querido, crecer con un corazón caliente, y al mismo tiempo crecer en un entorno seguro, es vital. Los padres tienen este honroso deber. No obstante, no están solos, o no deberían estar solos.

Una manera de acompañar a los padres en esta labor es ofreciendo soporte. Una manera cada vez más común de ofrecer este soporte, por parte de los estados, es regalando tiempo cuando nace un niño y niña. Son las bajas o licencias de parentalidad. A veces, exclusivas para madres, a veces para padres, otras para los dos. Es importante reflexionar sobre las premisas que rigen estas licencias. A veces, asumimos que es un derecho de los padres, otras, un derecho del trabajador. Sería interesante ir un paso más allá, y comprender las licencias de parentalidad como un derecho para el recién nacido, para este niño o niña que debe florecer. 

Comprender la importancia de la licencia de parentalidad, no para el padre, no para la madre (¡que también!)  sino para el propio hijo o hija por parte de los estados, las organizaciones, los propios padres, y todo el entorno, sería un buen paso para que cada día el jardín sea más bello. 

Marc Grau-Grau

Investigador en el Programa de mujeres y políticas públicas de la Escuela Kennedy de Harvard y experto en temas de paternidad.

ACTOS PEQUEÑOS, COTIDIANOS Y SIGNIFICATIVOS

EN EL MARCO DEL DÍA DEL NIÑO Y DE LA NIÑA 2021

Nuestro vivir cotidiano está lleno de actos que vamos realizando muchas veces sin tomar consciencia de su importancia o significancia. Algunas personas los pasamos desapercibidos, nos hemos acostumbrado tanto a ellos que se han vuelto rutinarios y mecánicos. Hay uno en particular que es el que quiero abordar en esta ocasión, se trata del saludo que damos cada mañana a los miembros de la familia, y especialmente a los niños y a las niñas con quienes vivimos.

Dice la psicóloga Susan David, en su charla TED: “The gift and power of emotional courage”, que en Sudáfrica, de donde ella procede, se saluda con la palabra «sawubona» que traducida literalmente quiere decir: “te veo, y al verte, te traigo a mi existencia”, ¡qué hermosa manera en que la persona es vista! ¿no te parece?
 
Sería muy bello si nuestros “¡Buenos días! ¿cómo amaneciste?” se parecieran a este «sawubona» y si los niños y las niñas recibieran de parte nuestra un saludo genuino y lleno de amor. Gran diferencia haríamos si al saludarles viéramos sus ojos y de manera sincera estuviéramos expectantes a su respuesta.

Ante el saludo «sawubona», las personas en Sudáfrica suelen contestar: «shikoba» que significa: “entonces yo existo para ti”¿no te parece una respuesta muy significativa? ¡qué maravilloso sería si como resultado de nuestro saludo amoroso, los sentires íntimos de nuestros hijos e hijas y/o de los miembros de la familia con quienes vivimos inspiraran en ellos y en ellas una expresión como esta!

El saludo de la mañana, pero con una mirada completamente diferente, puede ser el punto de partida para que nuestras relaciones cotidianas tomen un rumbo nuevo y positivo, pero sobre todo para que los niños y las niñas se sientan amados y amadas.


¡Sawubona!

¿ES SUFICIENTE EL “TIEMPO DE CALIDAD”?

En el marco del Día del niño y de la niña que estamos próximos a celebrar en México, en Concordiahemos decidido compartir algunas temáticas que consideramos importantes para fomentar su bienestar y otras acordes con el día.

Aunque el artículo de hoy está dirigido principalmente a quienes tienen hijos e hijas en edad de crianza, deseamos que aporte valor a cada persona que lo lea y que, desde su propia realidad, pueda obtener alguna reflexión significativa para su vivir cotidiano.

Inicio con esta pregunta: ¿Como te sentirías si…?

  • Vas a un restaurante y pides tu corte favorito y te traen menos de la mitad de lo que ordenaste, y te dicen: “es poca cantidad, pero es de la mejor calidad, ¡disfrútela!”.
  • Ya es tiempo de tomar tus vacaciones, por la antigüedad que tienes en tu trabajo te corresponden dos semanas. La persona responsable de recursos humanos te dice: “sabemos el tiempo que te corresponde, pero con 3 días hábiles es más que suficiente para descansar y renovarte”.
  • Vas a un café con un amigo, te ilusiona compartir con él los últimos acontecimientos de tu vida, y te dice: “sólo tengo 15 minutos para ti, cuéntame rápido, te prometo que te podré atención, estoy para ti”.

Suenan extraños y poco creíbles los escenarios que he planteado, pero si te dijera: “yo le dedico poco tiempo a mis hijos e hijas, pero me aseguro de que sea de calidad (poco pero bueno)” seguramente te resultaría familiar esta expresión, ya que es de lo más común ¿cierto?

Es curioso, pero regularmente hablamos del “tiempo de calidad” en el ámbito de la crianza, pero no en cuestión de trabajo o de actividades de ocio, pareciera que lo hacemos para excusarnos de la falta de tiempo con nuestros hijos e hijas.

Unos dicen que lo importante es la calidad del tiempo dedicado, otros que la cantidad fortalece la crianza…

  •  ¿Qué opinas tú?
  •  ¿Qué es lo mejor para tus hijos e hijas?

Sería interesante ampliar un poco más la mirada de esta reflexión: ¿qué opinan tus hijos e hijas al respecto?

PREGUNTAS PARA MEJORAR LA GESTIÓN DE LA GERENCIA

Se habla de que tanto los problemas como los logros de una organización dependen en mucho de la gestión de las personas que están a cargo de alguna gerencia. Su importancia es tal, que hay quienes han considerado a los y las gerentes como el corazón de las empresas y, según estudios de Gallup, el 70% del compromiso de las y los colaboradores, así como los resultados del trabajo en remoto, están relacionados con su desempeño.

He preparado este artículo, que en realidad es una serie de preguntas reflexivas, para aquellas personas que ejercen este rol complicado, dinámico y lleno de desafíos, pero también de oportunidades. 

Te invito a leer las siguientes preguntas y a reflexionar en torno a ellas. Este sencillo proceso de cuestionarnos puede darnos pistas sobre cómo nos estamos desempeñando en dicho rol, de si nos gusta la manera en que lo hacemos y, sobre todo, definir acciones que posibiliten mejorar dicha gestión.

Aquí las preguntas:

  1. ¿Mi primer foco es mi éxito como gerente o la vivencia de un propósito común?
  2. ¿Qué surge en mi cuando algún miembro del equipo dice o hace algo contrario a lo que pienso, creo o valoro?
  3. ¿Cómo es el entorno o ambiente en el que se desenvuelven los miembros de mi equipo?
  4. ¿Me relaciono, con los miembros de mi equipo, desde la competencia o desde la colaboración?
  5. ¿Cómo es mi relación con cada uno de los miembros de mi equipo?
  6. ¿Cómo es la relación entre los miembros de mi equipo?
  7. El día de ayer, ¿Cómo fue mi último encuentro con cada uno de los miembros de mi equipo? ¿y con los miembros de otros equipos?

Al reflexionar en torno a estas preguntas, ¿De qué te das cuenta? ¿hacia qué acciones te conducen tus reflexiones? Si no te gusta lo que ves, ¿Qué te gustaría hacer para que surja algo diferente?

Finalmente comparto algunas pautas con relación a cada pregunta:

  1. El propósito común es donde coinciden los intereses y deseos de los miembros del equipo, permite disfrutar el trabajo en compañía de otras personas y lleva a mirar de cerca el cómo se está haciendo lo que se está haciendo en el momento presente para lograr los objetivos. Por otra parte, el enfoque en el éxito del rol, lleva a competir con otros y otras, a ser mejor que Adriana, Rodrigo, Felipe… y con ello se corre el riesgo de no lograr los objetivos.
  2. Si no se sueltan los propios criterios de validez, difícilmente se podrá encontrar genuinamente con las demás personas y ello, entre otras cosas, impedirá estar accesibles a la escucha de otros puntos de vista.
  3. Las personas quieren trabajar, y de hecho trabajan mejor, en un ambiente de bienestar y de armonía. Asimismo, buscan espacios de confianza donde se viva el respeto mutuo; dichos espacios son generados por las propias personas. El o la gerente puede ampliar su mirada para reconocer las emociones y/o conductas relacionales de los miembros del equipo que están generando desarmonía.
  4. En el momento en que se compite con los miembros del equipo, e incluso con las y los compañeros de trabajo, la colaboración se acaba, ya que se ponen en contra. Para colaborar, son necesarias dos personas dispuestas a ello, si no, no es colaboración. Una cosita más: ¡No hay sanas competencias!
  5. El modo de relacionarse y los sentires íntimos del o la gerente y de los miembros del equipo será, en gran medida, el origen de la calidad de la comunicación, ¡Los problemas de comunicación no surgen de la nada!
  6. Igual que el punto anterior.
  7. Considera que la próxima conversación se construirá sobre las consecuencias del último encuentro y sobre los acuerdos que se hayan o no definido, de ahí que algunas conversaciones serán más fáciles y/o fluirán mejor que otras.

Gran desafío el que tienen las personas que están a cargo de alguna gerencia, pero también oportunidades de aprendizaje, de desarrollo y de re-finar la propia personalidad ¿No te parece?