EL PODER DE LAS CONVERSACIONES EN EL TRABAJO
Hace algún tiempo supe que la consciencia es el acto de darnos cuenta de algo que antes no nos habíamos dado cuenta, así de simple. Darte cuenta es darte cuenta, ¿qué hacemos después de darnos cuenta? dependerá de lo que queremos conservar o de lo que no queremos conservar en nuestro vivir.
Inicio con este darte cuenta es darte cuenta porque a raíz de mis recientes trabajos he sido consciente de algunas cosas que considero significativas y que no está de más compartirlas.
En las últimas semanas he tenido conversaciones, una a una, con más de 50 personas de empresas, todas ellas con distintos puestos y niveles de responsabilidad. Cada una de ellas tan significativa, tan llena de sabiduría, con tanto que compartir y con experiencias tan particulares y enriquecedoras.
Cada conversación la realicé con una actitud abierta al otro, sin expectativas, con disponibilidad para dejar aparecer a cada persona, dejando de lado mis criterios de validez y dispuesta a cambiar de opinión. Al final de cada conversación mis sentires íntimos fueron de bienestar, tranquilidad y contento. Yo estaba trabajando, pero no estaba trabajando, estaba con el otro, juntos, acompañándonos mutuamente en la danza del conversar.
Si bien la única constante era yo, y bueno, no tan constante porque me fui trasformado en cada conversación, me di cuenta de algunos patrones que surgieron en las conversaciones y que son los que te comparto hoy.
Me di cuenta de que:
- Cada persona es única, con mucho que compartir, siempre y cuando exista un espacio de confianza y el mutuo acuerdo para conversar.
- Las personas necesitamos espacios seguros para expresarnos. Muchas veces estos espacios no están en nuestras casas y tampoco en los lugares de trabajo.
- Cuando “miramos al otro con todo nuestro ser” surge una magia en el espacio relacional que hace posible un encuentro genuino y creador y que además posibilita las conversaciones.
- Cada persona guarda dentro de sí potencialidades inimaginables.
- Cada persona va creando su propio mundo, ante un mismo hecho cada una lo vive diferente.
- La relación con el “líder” es clave en el cómo se pertenece a la organización.
- El ambiente que se genera entre los compañeros de trabajo facilita o dificulta la propia realización del trabajo.
- Los problemas de comunicación no son problemas de comunicación, sino más bien relacionales y/o de sentires íntimos.
- La familia ocupa un lugar importante en nuestros sentires íntimos mientras trabajamos e influye en nuestro desempeño. En todas las conversaciones surgió un tema familiar, aunque no fuera el tema de la conversación.
Mirar al otro, dejarlo aparecer, poner a un lado los propios criterios de validez y estar dispuesto a cambiar de opinión pudieran ser un hacer cotidiano de quienes tienen personas a cargo. Cada persona que trabaja con nosotros y también la que no trabaja con nosotros tiene experiencia, sabiduría y potencial, más de la que ellas mismas y nosotros podamos imaginar ¿Por qué no aprovechar la sabiduría de cada una de las personas que integran nuestro equipo de trabajo?
Las personas fluimos y trabajamos mejor cuando caminamos ligeras y la conversación es fabulosa para quitarnos cargas. Por ello, la invitación es la de generar espacios seguros y de confianza que posibiliten la conversación con las personas que están bajo nuestra responsabilidad y también con las que no lo están. Con conversación me refiero a mirar al otro, dejarlo aparecer, poner a un lado los propios criterios de validez y estar dispuesto a cambiar de opinión ¿Te animas?