EL LADO LUMINOSO DEL ESTRÉS LABORAL

Buenas prácticas para gestionarlo

“El estrés puede ser bueno o malo dependiendo de cómo lo usemos”
Shawn Achor

Vivimos en un mundo laboral de constantes cambios, los conflictos están a la orden del día, no se diga las sobrecargas de demandas laborales y las fechas límite de trabajos, todos estos pueden ser factores negativos estresantes, pero incluso algunos factores positivos, como las próximas vacaciones, también pueden serlo. El estrés es parte de nuestro día a día y de nuestro lenguaje laboral común, pero ¿Sabemos realmente qué es, cómo impacta en nuestra vida y la mejor forma de gestionarlo?

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés es la respuesta física y emocional a un daño causado en la persona ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus recursos, conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para hacer frente a dichas exigencias. Podríamos decir que al sobrepasar los limites emocionales, físicos y/o mentales sobreviene una sobrecarga y la persona ya no funciona como solía hacerlo.

Otras fuentes analizadas, como investigaciones del IESE Business School (IESE) nos dicen que el estrés es la reacción que tiene nuestro cuerpo ante los cambios adaptativos, que los factores estresantes, como los mencionados antes, desencadenan cambios hormonales y respuestas fisiológicas, la reacción a dichos factores genera consecuencias ya sea de conducta, emocionales, somáticas y de pensamiento.

FACTOR ESTRESANTE => REACCIÓN (ESTRÉS) => CONSECUENCIAS

Consecuencias del estrés en la persona

Pero aquí no se detiene todo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la acumulación de estrés durante periodos prolongados produce desgaste laboral (Burnout) de hecho, el Burnout fue declarado en el año 2000 por la OMS como un factor de riesgo laboral, pero no así el estrés. Para la OIT el estrés no es un trastorno a la salud sino, como ya dijimos antes, el primer signo de una respuesta a un daño físico, emocional, mental y/o de conducta.

ESTRÉS => MÁS ESTRÉS => MUCHO ESTRÉS => DEMASIADO ESTRÉS => BURNOUT

Según la OMS, la persona con estrés suele ser más enfermiza, estar poco motivada, ser menos productiva y tener menos seguridad laboral; además, la empresa para la que trabaja o dirige suele tener peores perspectivas de éxito en el mercado, de ahí la importancia de tratar este tema.

Aún con todo esto, entre ciertos grupos de expertos en la materia se afirma que es imposible vivir sin estrés y que es una parte inevitable del trabajo y de la vida ya que vivimos en un mundo de constante cambio, preocupación e incertidumbre, y como lo dice Shawn Achor, experto en psicología positiva, el efecto del estrés sobre nosotros está lejos de ser inevitable.

El estrés inevitable en nuestra vida
Gráfico de elaboración propia con información del IESE Business School

Si es inevitable que padezcamos estrés y además hasta cierto nivel es necesario para que seamos más eficaces, entonces vale la pena identificar cómo impacta en nuestra vida y la mejor forma para gestionarlo ya que, la manera en que lo manejemos marcará la diferencia en los resultados personales y de productividad.

¿Cómo podemos usar el estrés a nuestro favor?

Enseguida compartimos ocho buenas prácticas sugeridas por profesores de Harvard, del IESE, científicos y expertos en la materia:

  1. Toma el estrés como si se tratara de un desafío, esto aumentará tus niveles de energía en los momentos críticos: «Cuando las personas tienen estrés, pueden intentar verlo como un desafío, en lugar de una amenaza», dice Achor, este cambio mental permitirá que te actives en lugar de paralizarte.
  2. Toma conciencia del reto que estás viviendo y que te está llevando a sobrepasar tus límites, cuando recuerdas constantemente los motivos por los que has asumido tal reto, el cerebro lo ve como motivación y ello mejorará tu efectividad laboral.
  3. Preocúpate solamente por lo que es importante: Dice Justin Menkes, autor del libro Better Under Pressure, que la tensión en el cuerpo y la aceleración cardiaca es un indicador de cuánto te importa la tarea que estás a punto de hacer. Una vez que comprendas la preocupación como un indicador en lugar de un síntoma de disfunción o una causa de pánico, puedes reaccionar de manera más racional.
  4. Replantea el estrés, reconoce qué es lo que te preocupa y ajusta tu forma de pensar. La investigación de Achor muestra que la forma en que ves el estrés determina su efecto sobre ti: «Nuestros cerebros trabajan mucho mejor en positivo que en negativo, neutral o estresado», dice. Cuando estás negativo y preocupado, tu cerebro entra en el modo «luchar o huir», lo que limita tu capacidad de pensar. Si eres positivo y te preocupas, tu cerebro recurre al pensamiento de «ampliar y construir» lo que te permite procesar más posibilidades.
  5. En momentos de estrés, trata de mantener una sonrisa en tu rostro por un instante, forzarla, no importa, tus niveles de estrés disminuirán.
  6. Enfócate en lo que puedes controlar. Demasiadas personas pasan tiempo sintiéndose mal por cosas que simplemente no pueden cambiar, un sencillo ejercicio que podemos hacer para cambiar el enfoque: haz una lista de las cosas que te están generando tensión, preocupación o ansiedad y luego identifica las que puedes controlar y las que  están fuera de tu control. Ignora las segundas y elige una sola acción concreta que puedes hacer en la lista de cosas que si están bajo tu control. Esto comenzará a resolver el estrés y te llevará hacia tu objetivo.
  7. Busca oportunidades para enfrentarte al estrés y ser un experto. Una de las mejores formas de aprender a manejar el estrés es a través de la práctica: «Si el cuerpo no está acostumbrado al estrés y lo experimenta, entrará en pánico». Los expertos sugieren que debemos ponernos en situaciones que no cambien el juego, pero que generen presión: “La presión y el miedo son buenos porque significa que te estás estirando», dicen. Por ejemplo, si hablar en público es situación de angustia, podemos probar las habilidades en un entorno limitado.
  8. El estrés te da pistas de si envejecerás más pronto de lo previsto. Un estudio realizado en la Universidad de British Columbia sugiere que mantenerse activo, caminar mucho durante el día, comer sano y dormir bien durante periodos de estrés es importante para disminuir el envejecimiento acelerado de las células.

Mucho de lo que leemos del estrés suele tener connotaciones negativas, lo positivo queda minimizado, y no obstante hemos de seguir viviendo en situaciones de esta naturaleza, veamos el lado luminoso del estrés, saquemos lo mejor de él y aprovechémoslo para nuestro bienestar.