¿DE DÓNDE PARTE EL CAMBIO PARA GENERAR MEJORAS EN LA EMPRESA?
Caso de éxito
Por: Silvia Liñán
Si los miembros de tu equipo no aportan ideas nuevas, dejan de colaborar y apoyar, no asumen la responsabilidad grupal, toman actitudes como la exaltación del error del otro e incapacidad para admitir el propio, el espíritu crítico y deseo de acaparar todo el crédito; enfoque en las debilidades y la creencia de que solos pueden hacerlo todo, entonces este artículo es para ti.
Desarrollar a las personas desde la empresa impacta de manera positiva en los principales indicadores de negocios, así lo indican estudios de las universidades más reconocidas y de las organizaciones mundiales expertas en la materia. En Concordia lo comprobamos en el día a día de las empresas que atendemos y en este artículo compartimos un caso de éxito como muestra de ello.
Se trata de un líder que ha logrado muy buenos resultados en el desempeño de su equipo de trabajo en relativamente poco tiempo. Dicho sea de paso, este líder estaba en la mira por los pobres resultados que venían generando tanto él como de los miembros de su equipo.
Pero ¿Cómo ha logrado este líder mejorar el estado y los resultados de su equipo? Enseguida compartimos algunas acciones que llevó a cabo para enfrentar el reto y lograr mejores resultados:
- Cambió el paradigma en la forma de ver a los miembros del equipo: Son personas y NO recursos, por lo tanto, tienen problemas, necesidades, sienten alegría, miedo, frustración, etc. y necesitan sentirse apreciados, valorados y reconocidos. Además, conforme ha avanzado en ganarse la confianza de ellos, les ha hecho ver la importancia de dignificar el trabajo: “Mi familia, tú y yo, aunque tengamos otros ingresos, vivimos de este trabajo. Haz conscientemente tu función básica y sé responsable de ella”.
- Invirtió en su propio desarrollo, recibió coaching por parte de Concordia en Desarrollo Basado en Fortalezas, esto le permitió conocerse a Sí mismo, identificar sus talentos, desarrollarlos para convertirlos en fortalezas, ser más auténtico y dirigir mejor a los integrantes del equipo, como dijo Peter Druker: “No se puede dirigir a otras personas si antes no te diriges a ti mismo”.
- Escucha activa en las necesidades básicas: herramientas y refacciones. No se trata únicamente de escuchar, se trata de hacer algo con aquello que la gente demanda, a veces no es posible proveer todo, sin embargo, los miembros del equipo ven el interés genuino en la búsqueda de mejores herramientas de trabajo. Esta acción fue clave para que el líder se ganara la confianza de los miembros del equipo.
- Escucha de ideas ignoradas por años, nulo bloqueo inmediato de la misma, enriquecimiento de la idea por parte del líder con una visión de “Como si…”. Con las ideas generadas se hace un prototipo y se pone a prueba, si no funciona se expone al equipo para aprovechar la experiencia de todos y maximizarla, si funciona se gestionan los recursos y se promueve como idea del grupo NO del líder y con reconocimiento especial a la persona que la haya generado.
- Se les ha permitido “ser humanos”. Ante situaciones criticas, el líder expresa libremente lo que siente: “Siento frustración y tristeza y tú ¿Qué sientes?”, ante situaciones de logro el líder expresa: “Estoy contento y me siento orgulloso por… y tú ¿Cómo te sientes?
Como podemos apreciar, el punto de partida para el cambio ha sido el líder, la propia concepción de Sí mismo y de las personas que tiene bajo su cargo, incluso de su forma de ver del trabajo. No tiene que ser otra persona para lograr mejores resultados, pero sí ha de ser él mismo y generar un ambiente de confianza donde los miembros del equipo puedan “ser personas”, sean escuchados, valorados y se sientan comprometidos.
¿Quieres mejores resultados en tu empresa y lograr empleados más comprometidos? Entonces, hemos de trabajar más en un enfoque centrado en la persona, empezando con la formación de los líderes, pero no entrenándolos con técnicas que al poco tiempo olvidarán y que no generan confianza en los demás, sino partiendo de su autoconocimiento y revalorando a los integrantes de los equipos, no como un recurso, porque no lo son, pero si como seres humanos con deseos, necesidades, aspiraciones, problemas, fortalezas, entre muchas otras cosas, así como tú y como yo.